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Biblia Latina, Biblia de Alcuino, Biblia de París

Secuencia de la Biblia Latina

Durante mucho tiempo la secuencia de los libros del Antiguo Testamento fue variable: la única parte estable era el Pentateuco (del griego “penta”, cinco, y “teuchos”, libros). Por lo general el Pentateuco está acompañado por Josué, Jueces y Ruth. Todos estos ocho libros juntos forman un grupo conocido comúnmente como “Octateuco” (del griego, “ocho libros”). El estudio de las fuentes se ve acuciado por las dificultades, ya que muy pocos manuscritos bíblicos antiguos han sobrevivido. Nuestra información respecto al periodo entre los siglos IV y VI se basa principalmente en otras fuentes escritas. A menudo la Biblia se constituía con casi diez volúmenes. “Bibliotheca”, nombre que comúnmente se le daba en tiempos medievales, nos dice que la obra se había hecho en varios volúmenes. Las Biblias conteniendo todos los libros en un solo volúmen –“pandectes” (del griego, “pan”, todos, “dekhesthai”, recibir)- son raras, y las Biblias en un sólo volúmen no se hicieron de uso común sino hasta el siglo XIII.


Traducción de San Jerónimo

Cuando San Jerónimo, uno de los Padres de la Iglesia, comenzó a traducir las Escrituras del Antiguo Testamento al latín, a fines del siglo IV y principios del V, las ordenó de acuerdo con la tradición hebrea. En su “Prólogo a los Libros de los Reyes” y en una de sus cartas se refiere a las cuatro secuencias de la Biblia: tres idénticas a las de la Biblia Hebrea (La Ley; los Profetas, con Ruth y las Lamentaciones; los Hagiógrafos), y una cuarta, comprendiendo las escrituras apócrifas (Baruch, La Sabiduría de Salomón, Eclesiástico/La Sabiduría de Jesús Ben Sirach, I-II Macabeos, Tobías y Judith). Pocos manuscritos conforman el agrupamiento exacto de San Jerónimo, y las fronteras entre los cuatro órdenes frecuentemente se entrecruzan.

Estructura de la Biblia de Alcuino

La estructura de la Biblia Latina fue definitivamente influenciada por Alcuino (c.735-804), erudito, teólogo y profesor de York que se convirtió en canciller de Carlomagno. Cuando, en 796, el emperador lo nombró abad en la abadía de San Martín de Tours, Alcuino tomó la iniciativa de producir una serie de manuscritos bíblicos. La producción continuó después de su muerte, y bien entrado el siglo IX. Los manuscritos bíblicos tienen mucho en común, tanto en aspecto como en contenidos. Constituyen un tipo particular de Biblia, conocido como la Biblia de Alcuino o de Tours. Varias de estas biblias están en un solo volúmen. Pertenecieron principalmente a monasterios franceses, italianos e ingleses.

La estructura básica de la Biblia de Alcuino se parece muchísimo a la Biblia de San Jerónimo, pero los libros deuterocanónicos no forman un grupo separado. Además, Daniel aparece al final de los Profetas, y Job lo hace o bien después de Ruth o bien después de los Profetas (no después del Pentateuco). El libro de los Profetas Menores viene después de los Profetas Mayores, no antes, y Esther no viene después de la Sabiduría de Salomón.

Sujeta a ciertas variaciones, la estructura de la Biblia de Alcuino es como sigue:

Génesis – Ruth, I-IV Reyes, los Profetas, los libros poéticos (Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, el Cantar de los Cantares, la Sabiduría de Salomón, Eclesiástico) y finalmente los libros históricos (Crónicas I-II, Esdras-Nehemías, Esther, Tobías, Judith y I-II Macabeos).

El Nuevo Testamento en la Biblia de Alcuino comienza con los cuatro Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan). Los Hechos de los Apóstoles y las Epístolas Católicas (Santiago, I-II Pedro, I-III Juan y Judas) siguen junto con el Apocalipsis, que también puede estar al final del Nuevo Testamento. Las Epístolas Paulinas preceden o siguen a las Epístolas Católicas. La Epístola a los Hebreos y la Epístola a los Laodiceos (apócrifa y en glosa) vienen después de las Epístolas Paulinas.

La Biblia de París

Un nuevo tipo de Biblia, conocido como “Biblia de la Universidad” o “Biblia de París”, nació a principios del siglo XIII. Estaba fuertemente influenciada por la Biblia de Alcuino, pero sus libros tenían un orden un poco distinto. La Biblia de París llegó a tener un gran impacto, y es la base de las modernas ediciones de la Biblia Latina.

Codex Gigas

El Codex Gigas coincide en esencia con la estructura de la Biblia de Alcuino, salvo por el hecho de que los libros de Samuel y Reyes están ubicados entre Job y los Salmos, lo cual es una característica anormal y poco común. El manuscrito incluye también a Baruch, que no está en la Biblia de Alcuino. Este libro forma parte de Jeremías, del que se distingue solamente por unas iniciales decoradas ligeramente más grandes. Por lo demás, Job viene después de los Profetas, y Esther después de Judith. En el Nuevo Testamento, el Apocalipsis (o Libro de la Revelación) viene después de las Epístolas Católicas.

La estructura principal está acentuada en parte con la ayuda de iniciales a página plena. La primera hoja se ha perdido, y es el comienzo del Génesis, que posiblemente se abría con una inicial a página plena para indicar el principio del primer grupo bíblico: el Pentateuco.

El siguiente grupo, los Profetas, comienza con una inicial decorada a página plena, para Josué. El Libro de los Reyes tiene una inicial ornamentada a página plena, y de esta forma constituye una unidad separada. Los libros poéticos y los Hagiógrafos, por otro lado, carecen de iniciales a página plena. De los libros del Nuevo Testamento, cada uno de los Evangelios tiene iniciales a página plena, pero, además, las iniciales de Mateo y Marcos están recubiertas con oro.
Fuente: Codex Gigas. National Library of Sweden.

La Biblia



Secuencia de los libros de la Biblia

La Biblia es un libro sagrado tanto para el Judaísmo como para el Cristianismo, pero en el contenido y composición difieren bastante entre las dos religiones, a lo que se suma el hecho de que haya diferencias canónicas entre algunas denominaciones cristianas, por ejemplo, Católicos y Protestantes.

La Biblia Hebrea se divide tradicionalmente en tres grupos principales, según el significado religioso de los textos: la Ley (Torah, en hebreo), los Profetas (Neviim) y los Hagiographa o Escrituras (Ketuvim), sumando un total de treinta y seis libros. Las letras iniciales de cada una de las partes forman la designación de la Biblia en su totalidad, vocalizada como “TaNaKH” (la letra hebrea “kaf” en Ketuvim se pronuncia como “kh” cuando está al final de la palabra).

La Torah, que corresponde a los cinco libros mosaicos del Pentateuco, es la parte más sagrada de la Biblia Hebrea.

La parte siguiente (los Profetas) comprende a los profetas anteriores (Josué, Jueces y Samuel), con cuatro Libros de los Reyes, y a los posteriores, a saber, tres Mayores (Isaías, Jeremías y Ezequiel) y doce Menores (en referencia a la longitud del texto), desde Osías hasta Malaquías.
Los Hagiographa: este libro tiene una importancia religiosa menor. Comprende los libros bíblicos que son considerados, ya como escritos sabios, o bien que contienen narraciones simbólicas: los Salmos, Job, Proverbios, los cinco Megillot (“rollos”), que se leen en festividades (Ruth, el Cantar de los Cantares, las Lamentaciones, y Esther), y, por último, Daniel, Ezra-Nehemías y los Libros de las Crónicas.
La división tripartita de la Biblia Hebrea posiblemente se remonta a tiempos muy antiguos. Su canon, es decir, la lista de las escrituras reconocidas, autorizadas, fue terminado en el siglo I d.C. Los manuscritos medievales rara vez incluyen las tres partes de la Biblia juntas.

La traducción griega

La Biblia Hebrea fue traducida al griego, probablemente en el siglo III d.C., para beneficio de los judíos helénicos. La traducción se conoce por su nombre latino: “Septuaginta” (Los Setenta), a raíz del número de eruditos que, según dice la leyenda, efectuaron dicha traducción. Contiene una serie de libros deuterocanónicos que no están incluidos en la Biblia Hebrea (Tobías, Judith, la Sabiduría de Salomón, Syrach/Ecclesiasticus, Baruc, Macabeos I-II).

La Septuaginta es el basamento de la Biblia Cristiana, aumentada por la incorporación de las escrituras cristianas, concretamente el Nuevo Testamento. En el año 397 el Tercer Concilio de Cartago elaboró una lista autorizada de los libros del Nuevo Testamento, que sumaban un total de veintisiete (la misma cantidad actual). El Nuevo Testamento comprende cinco libros históricos (cuatro Evangelios y los Hechos de los Apóstoles), veintiún Epístolas y el Apocalipsis. En total la Biblia Latina tiene setenta y tres libros (cuarenta y seis del Antiguo Testamento y veintisiete del Nuevo).

Fuente: National Library of Sweden. Codex Gigas.
http://www.kb.se/codex-gigas/eng/